«Vaya dos tontas llamándose Sépia&Calamar, vaya tontería más importante♥»

jeudi 7 octobre 2010

Cuentitis aguda.

- ¿Quieres venir conmigo a tomar un helado? - me sonríe desde la calle.
- ¿Un helado, Andrés? ¿Ahora? Hoy hace mucho frío.
- Y aunque mañana salga más el sol, tú seguirás teniendo las manos congeladas.
- Ya. No tengo ganas.
- Un helado de nata.
- No me apetece.
- Con coco y nueces.
- Mejor otro día.
- Con chocolate blanco.
- ¿Se puede saber qué te pasa?
- Que no quiero que estés encerrada en casa todo el día.
- Estoy triste. No tengo ganas de nada más.
- Y yo. Lisette no se lo merece. Jamás lo hubiera imaginado.
- De verdad que no quiero ir a tomar un helado, gracias. Adiós, Andrés.
Me giro para abrir la puerta de casa y dejarlo ahí plantado, detrás de la puerta del jardín.
- Miguel me ha llamado.
Paro. ¿Qué? Miro al suelo. Su voz. Hace más de un mes y medio que no la escucho. Desde que se fue que no da señales de vida. Pero yo sé cosas de él. Siempre que me encuentro a su madre por la calle, se para a hablarme. Y yo le pregunto sobre los estudios de Miguel. Dice que todo le va muy bien. Supongo que con saber que sigue vivo, me basta.
- Está en casa de su tía. Dice... - suspira - dice que te echa de menos.
Estoy flipando. ¿Miguel echándome de menos? ¿Después de mes y medio sin querer saber nada de mí? Cuentitis aguda.
- ¿Y por qué no me ha llamado a mí para decírmelo?
- No lo sé, Henar. - hace una mueca.
- Pues yo sí que lo sé: porque es mentira. Vete, Andrés. Hoy no tengo ganas de salir de casa. Ya hablaremos otro día. Adiós.

(Dos horas más tarde.)

- ¿Andrés? ¿Qué haces ahí sentado en la acera?
- Sabía que volverías. Lo quieres de nata, ¿verdad?
- Estás loco. Tienes las manos congeladas.
- Igual que tu nariz, y mira que acabas de salir de casa.
- ¿Por qué no te has ido?
- Porque necesitaba decirte que estaré aquí siempre. Y no me taches como a Miguel, que yo no te dejaré sola.

Otro más para la lista de "hombres que intentan hacerme creer que estarán aquí siempre que los necesite". Con este ya van tres. Marc también lo dijo una vez. Por cierto, qué raro que no me haya tirado las redes del barco Pescanova ahora que Miguel se ha ido. Debe estar enfermo. Si ya decía yo que con el frío del otoño hay que andar con cuidado. Que luego todo son estornudos y kleenex por toda la casa.
- Dame la mano, anda, que te ayudo a levantarte. ¿Vamos?
- Invito yo.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire