«Vaya dos tontas llamándose Sépia&Calamar, vaya tontería más importante♥»

mardi 21 décembre 2010

Qué ridícula te pones cuando te emborrachas.

Rubén y Greta nunca se entendieron del todo. Él era encargado de una triste tienda de ropa, y ella era azafata. Lo suyo empezó cuando él todavía era modelo, y ella una jovencita tonta y soñadora. Pero ahora, el cuento había cambiado demasiado.

Algunas de las pocas noches en que ella iba a dormir a casa, esperaba a su marido en aquella fría habitación, con las bragas por las rodillas, y el corazón a cien por hora, borracha de lujúria y whisky barato. Y así, cansada, sucia, desnuda y húmeda recibía a Rubén.

- Buenas noches, amor.
- Greta, ¿cuándo has llegado? ¿cómo ha ido el viaje?

Él, que había soñado siempre con ser recibido como un rey por su reina, entre lujo y pomposidad.

- No me preguntes, mi vida es demasiado aburrida para explicártela.
- ¿Por dónde has estado?

Él, que sentía aquél hueco en el estómago cada vez que la encontraba así.

- Quién sabe. Nueva York, Argentina, Nueva Zelanda, París. Qué más da, si todos los aeropuertos son iguales.
- Otra vez borracha...

Él, que ya no recordaba como era aquella niña de la que él se encaprichó, la que ahora le susurraba al oído aquella lista de mentiras que no creía ni ella.

- ¿Qué esperabas? No soy de esas que vuelven corriendo a los brazos de su marido como si no puediesen vivir sin él. Sabes perfectamente que no te necesito para nada. Sólo para esta noche, esta asquerosa noche. Ven aquí, dame un beso.

Y así, sin más, se desplomó sobre la cama, perdiendo el conocimiento por el camino.







Ay, Greta, qué ridícula te pones cuando te emborrachas.

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