Noche de palabras. Noche de recuerdos. Noche de confidencias. Divertidas anécdotas lejanas. Viejas historias que tan sólo el dolor, con su soplo potente, consigue sacar a la luz a veces. Episodios pasados, ocultos, perdidos pero en el fondo nunca abandonados.
- ¿Sabéis una cosa, chicos? -Flavio bebe un poco de su whisky y los mira. Ninguno responde. No es necesario. Flavio sigue hablando-. Te da por pensar en las cosas que no le dijiste. En las veces que lo decepcionaste. En las cosas que te hubiese gustado decirle aquel día, en lo que te gustaría poder decirle ahora. Correr hasta su casa. Llamar al timbre. Pedirle que se asome. Papá, se me ha olvidado decirte una cosa. ¿Te acuerdas de aquella vez que fuimos a...? -Flavio mira de nuevo a sus amigos-. Eso hace daño. Tal vez sea una tontería, pero te gustaría tanto podérsela decir...
(Perdona si te llamo amor.)
Judit: Vivimos a base de tonterías, de errores y de cosas que pasan por que sí, porque son una tontería. Y cualquier cosa que les pudiésemos decir, sería una tontería. ¡Pues claro que sería una tontería! Pero al fin y al cabo, todo en conjunto ya sería una tontería, porque eso de ir hasta su casa a decirle aquello que pensamos... en fin.
Pro no hay que olvidar que tú y yo somos las tontas más tontas del mundo de las Sepias y los Calamares, así que podemos permitirnos el gusto de cometer esas tonterías.
♥ (21 de noviembre del 2009).
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RépondreSupprimerPodemos decir que esto fue el principio.
RépondreSupprimerY en un día logré conquistar tu corazón hasta tal punto que te casaste conmigo, con una bata rosa. Estabas preciosa con esa bata.