22CS.

Judit se pone el despertador a las 6 de la mañana. Después a las 6:15h, a las 6:30h, a las 6:45h, a las 7, a las 7:10, a las 7:18h, a las 7:25h... y se levanta. Se va al lavabo y se mira al espejo. Se mira a los ojos y se da cuenta de que los tiene hinchados, de tanto llorar. Judit se sienta encima de la tapa del wáter e intenta recordar porqué había estado llorando. No lo recuerda. Es tarde y no puede perder el tiempo con tonterías. Se levanta y se va a su habitación a arreglarse. Cuando está lista, se va a la cocina, abre la nevera y coge un yogurt. Se apoya en el mármol y antes de abrir el yogurt, se percata de que está caducado del 22.11.2009. Entonces recuerda el porqué de aquellas lágrimas nocturnas: una Sepia nadaba por el mar, triste, porque había perdido a su Calamar para siempre.
Judit sonrió. «Vaya sueño más tonto», pensó. Abrió el yogurt y se lo comió, porque pudo recordar a su profesora de Biología del año pasado diciendo: ¡es más sano un yogurt caducado que sin caducar! Se incorporó y, después de tirar el yogurt en la bolsa del plástico, se puso las bambas. Regresó al lavabo a acabar de darse los ultimos retoques y, guardando el bocadillo en la mochila y poniéndosela en la espalda, salió de casa.
Mientras esperaba en la puerta de su casa a que pasaran a buscarla, pasó alguien que ella tuvo que ignorar. Pero entonces, ella ya había perdido su sonrisa, quizás, para toda la mañana.
- ¡Sepia! - escuchó que gritaban, con voz de Calamar.
Y al girarse y verla, la sonrisa que acababa de perder, la recuperó doblemente.
Entonces le vino a la cabeza el sueño. «Vaya sueño más tonto», volvió a pensar, recordando lo que se había dicho anteriormente «Vaya dos tontas llamándose Sepia&Clamar, vaya tontería más importante♥».
Judit corrió a abrazar a Lidia, y cuando la tenía entre sus brazos, le dijo: te quiero.

A Lidia le pasaron por la mente todos los momentos especiales que había tenido al lado de Judit, todas las canciones, las conversas, las risas, las lágrimas escondidas, etc. Y la abrazó fuerte, para demostrarle a su querida Sepia que jamás quería perderla a ella, ni a sus tonterías.