«Vaya dos tontas llamándose Sépia&Calamar, vaya tontería más importante♥»

samedi 6 novembre 2010

Entonces lo cerraba todo, y sudábamos.

Porque Anouk dejaba una ventana abierta todas las noches. Solía ser la de la cocina, así se levantaba las mañanas de invierno, cuando eran las 5 y todavía no había amanecido, para tomarse un vaso de leche muy caliente, con aquella ventana abierta y el aire rozándole las mejillas sonrojadas. A mí me contó que lo hacía para cambiar de aires por las noches. Menos cuando pasaba las noches conmigo, en su cama. Entonces lo cerraba todo, y sudábamos. Nuestros aires no tenían que cambiar, con que fuera lo mismo de todos los viernes por la noche, le bastaba. Pero al acabar, se esperaba a que me durmiera para levantarse de puntillas y abrirla de nuevo. Entonces se volvía a meter en la cama, con los pies fríos, se acurrucaba contra mi pecho y me susurraba que la abrazara, que se estaba muriendo de frío. Y es que a esas horas ya había amanecido, pero la persiana seguía extendida, compartiendo su vicio de dormir de día conmigo. Entonces nos levantábamos los sábados por la tarde, despeinados, con ganas de salir a reírnos por las calles iluminadas.

Anouk era la mejor. Una niña friolera que amaba el aire congelado, que lloraba sólo para después sentirse mejor y que tenía miedo a equivocarse. Y era mía, por supuesto.

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